jueves, 28 de noviembre de 2013

Celebración Santa Cecilia, Almoloya de Juárez

Santa y mártir romana, patrona de los músicos, el culto de Santa Cecilia se difundió ampliamente a causa del relato de su martirio, que la ensalza como ejemplo de la mujer cristiana. Una frase del acta de su martirio, según la cual cantó durante el tormento, le valió ser patrona de los músicos. Sus "actas" cuentan que, al día de su matrimonio, en tanto que los músicos tocaban, Cecilia cantaba a Dios en su corazón. Al fin de la Edad Media, empezó a representarse a la santa tocando el órgano y cantando.

Cecilia había sido una virgen de una familia senatorial romana de los Metelos, que se había convertido al cristianismo desde su infancia. Sus padres la dieron en matrimonio a un noble joven pagano, Valerius (Valeriano). Cuando, tras la celebración del matrimonio, la pareja se había retirado a la cámara nupcial, Cecilia dijo a Valeriano que ella había entregado su virginidad a Dios y que un ángel celosamente guardaba su cuerpo; Valeriano pidió ver al ángel, después de lo cual Cecilia lo envió junto a la tercera piedra miliaria de la vía Apia, donde debía encontrarse con el papa Urbano y de esta manera cumplida la palabra de Dios, Valeriano pudo ver al ángel y desde ese entonces ponerse al servicio de Dios.

Después de haber sido condenados Cecilia, Valeriano y Máximo (hermano de Valeriano) el Papa San Pascual I (817-824) trasladó las presuntas reliquias de Santa Cecilia, junto con las de los santos Tiburcio, Valeriano y Máximo, a la iglesia de Santa Cecilia in Transtévere. (Las reliquias de la santa habían sido descubiertas, gracias a un sueño, no en el cementerio de Calixto, sino en el cementerio de Pretextato). En 1599, el cardenal Sfondrati restauró la iglesia en honor a la Santa en Transtévere y volvió a enterrar las reliquias de los cuatro mártires. Según se dice, el cuerpo de Santa Cecilia estaba incorrupto y entero, por más que el Papa Pascual había separado la cabeza del cuerpo, ya que, entre los años 847 y 855, la cabeza de Santa Cecilia formaba parte de las reliquias de los Cuatro Santos Coronados.

Ya desde el siglo XIV o XV se representaba a Santa Cecilia en la pintura y las artes con un instrumento musical (generalmente un órgano), acercándola así más a la música. Cuando en 1585 se fundó la Academia de la Música en Roma, Santa Cecilia fue declarada patrona de esa institución, por tanto  su veneración como patrona de la música se volvió universal.

Siendo ya toda una tradición y conmemoración universal, cada 22 de noviembre es venerada Santa Cecilia. La parroquia San José de Almoloya de Juárez se viste de gala y en colaboración y participación de los devotos se reúnen en la parroquia para dar inicio a la celebración con las tradicionales mañanitas; acompañados al unísono se reúnen los grupos musicales y bandas del municipio para venerar a su Santa Patrona, para después dar paso a la celebración eucarística.
Por primera vez, la parroquia de San José Almoloya de Juárez celebro un novenario por la festividad de Santa Cecilia, teniendo la participación de coros, ministerios y bandas del mismo pueblo y de sus alrededores; en el rosario, día con día se hacían presentes gente devota a la virgen de Santa Cecilia y familiares del coro y la banda comisionadas para tocar. De esta manera se dan cita en la parroquia en punto de las 5:00hrs. De esta forma se preparan para la celebración máxima el día 22 de noviembre. 

Durante los nueve días diferentes coros de las comunidades del Salitre, Santa María Nativitas, Ojo de Agua, Las cruces, San Lorenzo y Almoloya de Juárez, en conjunto con bandas como Puro Mexiquence, Banda Hoja Verde, Banda son de mi Tierra, Banda la Congita, Banda el Tarolazo, y Banda Burbuja Sinaloense, se turnaban para tocar los misterios de cada rosario, dando un ambiente diferente de lo acostumbrado año con año.

A dar inicio a una de las principales celebraciones en Almoloya de Juárez  devotos, como feligreses y visitantes se dan cita para conmemorar por un año más de trabajo y protección que su Santa Patrona les ha proporcionado. En punto de las 4:00hrs se celebra la eucaristía, la gente se reunió en la Parroquia de San José, para participar en la celebración eucarística, los coros prepararon un repertorio para tocar la misa, y al finalizar las bandas tocaron las tradicionales mañanitas, para proseguir con una procesión por las principales calles del centro, recorrido que finalizó, con la bendición que otorgo el sacerdote comisionado, a todos los feligreses.














lunes, 4 de noviembre de 2013

TRADICIONAL DÍA DE MUERTOS, MÁS ALLÁ DE LA MUERTE Y EL DESCANSO ETERNO.



La celebración de día de muertos ha sido sin duda alguna a lo largo de las generaciones pieza fundamental en la cultura mexicana, ofrendar a nuestros muertos es una forma mantenernos cerca de ellos, de dialogar con su recuerdo, con su vida, con las experiencias compartidas. Si bien los orígenes de la tradición son anteriores a la llegada de los españoles, quienes tenían una concepción unitaria del alma. Dentro de la visión prehispánica, el acto de morir era el comienzo de un viaje hacia el Mictlán, el reino de los muertos, también llamado Xiomoayan, término que los españoles tradujeron como infierno.

Este viaje duraba cuatro días; al  llegar a su destino, el viajero ofrecía obsequios a los señores del Mictlán: Mictlantecuhtli (señor de los muertos) y su compañera Mictecacíhuatl (señora de los moradores del recinto de los muertos).

De tal modo las culturas indígenas concebían a la muerte como vida-muerte, lo que hacía que la muerte conviviera en todas las manifestaciones de su cultura. Su símbolo se invocaba en todo momento y que por consiguiente se representara en una sola figura, es lo que ha hecho que su celebración siga viva en el tiempo.

Es así, que se ha generado una ardua tarea entender la muerte y su significado, labor que abarca momentos de innumerables reflexiones, rituales y ceremonias de diversa índole, lo que ha establecido hoy en día el máximo símbolo como culto religioso.

El día 1 de noviembre, llamado Día de Todos los Santos, es cuando llegan las ánimas de los niños. El 2 de noviembre, el día de Muertos, es cuando llegan los adultos.  



Lo que contiene cada altar es único, es vistosa por los colores de las flores y su inigualable fragancia, las calaveritas de dulce y el papel picado; de un aroma particular por la mezcla de los perfumes de la comida, misma que se ofrece es la que en vida le gustaba al difunto, podemos ver cazuelas de mole, tamales, mole verde, corundas, cochinita pibil, pozole etc. Y por supuesto no podía faltar el peculiar  incienso y el copal.
Para que una ofrenda de Día de Muertos lo sea, en la  forma tradicional, debe tener varios elementos esenciales; a continuación te en listamos esos elementos y su significado.
En cuanto a  los adornos se tiene como principal objeto las cadenas de papel en color morado y amarillo que significan la unión entre la vida y la muerte.
El agua la fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo.
Las velas sin duda alguna  juegan un papel importante ya que significan la luz que debe guiar a las ánimas en su camino.

Las flores simbolizan la bienvenida a las almas, blancas representando el cielo, amarillas la tierra y moradas por el luto. Cabe destacar que las flores amarillas, es decir, el cempasúchil es una flor originaria de México, recolectada por nuestros ancestros los mexicas  por esta razón se ha convertido en uno de los elementos representativos de una tradicional festividad mexicana.
El tradicional pan de muerto simboliza a un cadáver, el círculo que se encuentra en la parte superior del mismo es el cráneo, las canillas son los huesos y el sabor de azahar es por el recuerdo a los ya fallecidos.  Asimismo el ofrecimiento fraternal es el pan, la iglesia lo presenta como el “Cuerpo de Cristo”.
Y el  copal, donde el humo simboliza el  paso de la vida a la muerte; es el elemento que sublima la oración o alabanza. Fragancia de reverencia. Se utiliza para limpiar al lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro.

La muerte es un personaje omnipresente en el arte mexicano con una riquísima variedad representativa: La muerte es en sí  un tránsito desde la vida terrenal hacia Dios.

"Adelantándose unos pasos, se inclinó hasta el suelo, y oró diciendo: Padre mío, si es posible, líbrame de esta copa de amargura; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú." (Mateo 26, 39)

Cuando muere una persona que queremos, nuestro amor hacia ella permanece intacto y, aunque pasen los años, el amor no muere nunca. Si hemos amado a Jesús con toda nuestra vida y con todo nuestro corazón, podemos decir con el apóstol san Pablo:

"Porque para mí la vida es Cristo, y la muerte ganancia. Pero si viviendo en este cuerpo puedo seguir trabajando para bien de la causa del Señor, entonces no sé qué escoger. Me es difícil decidirme por una de las dos cosas: por un lado, quisiera morir para ir a estar con Cristo, pues eso sería mucho mejor para mí; pero por otro lado, es más necesario por causa de ustedes que siga viviendo." (Filipenses 1, 21-24).